lunes, 14 de junio de 2010

EJEMPLO DE ÉGLOGA, ODA, SONETO, ELEGÍA, MADRIGAL, EPÍGRAMA.

“NIÑO AMOR”


SONETO: (RIMA CONSONANTE) Francisco de Quevedo.



Es hielo abrazador, es fuego helado,

Es herida que duele y no se siente,

Es un soñado bien, un mal presente

Es un breve descanso muy cansado;



Es hielo abrazador, es fuego helado,

Es herida que duele y no se siente,

Es un soñado bien, un mal presente

Es un breve descanso muy cansado;



Es una libertad encarcelada

Que dura hasta el postrero parasismo,

Enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño amor, este es su abismo.

¡Mirad cuál amistad tendrá con nada

El que en todo es contrario de si mismo!


“EL BUEN MAESTRO”



SONETO: (RIMA ASONANTE) William Shakespeare; edición de Ramón García González.




Yo no tomo mi juicio, mirando las estrellas,

Sin embargo, me creo un buen maestro astrólogo,

Mas no para decir, la mala o buena suerte,

Las plagas o las muertes o el clima de un periodo.



Tampoco predecir en breve la fortuna,

Diciendo a cada uno, su trueno, lluvia o viento,

O predecir al príncipe si todo saldrá bien,

Con frecuentes presagios que yo encuentro en el cielo.



Tan sólo de tus ojos dimana mi saber

Y en esas dos estrellas, siempre leo tal arte,

Qué verdad y belleza, florecerán a un tiempo

El día que tú quieras, ser guardián de ti mismo.



Si no, de ti, con pena, esto te pronóstico:

Tu fin será también, el fin de la Belleza.


ELEGÍA: MIGUEL HERNANDES.



(En Orihuela, su pueblo y el mío, se


me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,


con quien tanto quería).



Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,

compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas

y órganos mi dolor sin instrumento.

A las desalentadas amapolas

Daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,

lloro mi desventura y sus conjuntos

y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,

y sin calor de nadie y sin consuelo

voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte a parte

a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y des amordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:

por los altos andamios de las flores

pajareará tu alma colmenera

De angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,

y tu sangre se irá a cada lado

disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,

llama a un campo de almendras espumosas

mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.


EPIGRAMA;(ERNESTO CARDENAL).




Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:

Yo, porque tú eras lo que yo más amaba,

Y tú, porque yo era el que te amaba más.


Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo:

Porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,

Pero a ti no te amarán como te amaba yo.


Poema Madrigal; (Luis López Anglada)



Desde esta mañana, amor,

la rosa será más rosa

y más vivo el ruiseñor.

¡Y tú sin saberlo, amor!

La fuente mucho más clara

mojándome de alegría

con agua fresca la cara.

Y el cielo, desde hoy, azul,

y, dentro del cielo, dios…

¡Y tú sin saberlo amor!


ODA;
La Oda al Mar



Escrito por Revista de Marina


¡Tripulantes!

La llama del entusiasmo prenda en vuestras almas bravías.

La custodia del barco que os entregan

reclama la actividad conjunta de vuestras energías.

Todos sois necesarios:

desde el Grumete recién nacido apenas a la brisa salobre

hasta el Contramaestre de pómulos de cobre

y de cana sotabarba

que en el túrgido vientre de las nubes escarba;

los que en la negra noche hacen de centinelas,

los que trepan a lo alto de las largas antenas,

los que desentornan las chirriantes cadenas

de las anclas combadas...

¡Amigos... Camaradas...!

impávidos muchachos ante el acaso ignoto,

que vuestra quilla siempre taje un mar en bonanza

y fiad la esperanza al arte del Piloto

que, cual un Dios en la alta plataforma del puente,

dirige con voz cruda la sabia maniobra

y el Timonel prudente que con mano membruda

imprime al gobernarle seguros derroteros.

¡Recios trabajadores de la mar... Marineros!

El Tritón en su rubrico caracol os saluda,

os saluda y alienta por la emprendida senda,

soberbios luchadores de estirpe soberana,

héroes arrojados en singular contienda

sin saber por la noche del día de mañana;

nobles conquistadores, argonautas valientes,

descubridores de islas, pasos y continentes,

vosotros sois del agua los genios redivivos,

porque en la mar cautivos

vigor, empeño o ilusión pusisteis,

porque en la mar nacisteis

y en la mar moriréis, es vuestro sino,

y cuando ya el destino

cumpla obediente la presión del hado

y vuestro cuerpo ahogado

sea movible pasto de la deidad nocturna,

os tenderá sus brazos en fiero remolino

la mar, la sola urna

para guardar los restos sagrados del marino;

túmulo extraordinario, sin temporal medida

para el que alzó arbitrario

a tan alto aspecto de dignidad su vida.

Murmurarán las olas sus rezos indolentes

y para velar las noches de vuestros esponsales

derivarán eternos los círculos ardientes

de las multimilenarias igniciones astrales,

las que a Occidente giran, y al Meridión y al Este,

y arriba, temblorosa de nubes, la Bóveda Celeste.



* Poema de autor anónimo de Islas Canarias, que recitara en las cámaras de oficiales de la Base Naval de Talcahuano, en 1934, el entonces Teniente 1º SM. Rafael Mackay Pouchucq. Colaboración del Contraalmirante IM. Sr Luis Urzúa Merino.



ÉGLOGA: Francesco Petrarca..
El Amor


El amor petrarquista: El amor petrarquista, amor en el que el enamorado sufre deseando la muerte, amor en el que el enamorado no es correspondido y que siempre esta triste y cuyos sentimientos tristes van acompañados por la naturaleza, se ve representado en estancias como la estancia V, la estancia VII, la estancia XII y la estancia XV como voy a demostrar con los siguientes fragmentos de dichas estancias.

ESTANCIA V:

...

60 Estoy muriendo, y aun la vida temo

Temola con razón, pues tu me dejas

63 que no hay sin ti el vivir para qué sea...

En este pequeño fragmento se puede comprobar la tristeza y las ganas de morir que tiene el pastor por la pérdida de su amor.

Estancia VII:

85 Y tú, de esta mi vida ya olvidada

Sin mostrar un pequeño sentimiento

De que por ti Salicio triste muera

Dejas llevar, desconocida, al viento

El amor y la fe que ser guardada

90 enteramente solo a mí debiera...

En este fragmento se puede leer y entender como los amores de Salicio hacia la pastora no son correspondidos sobre método en los versos 88-90 (dejas llevar, desconocida, al viento el amor y la fe que ser guardada enteramente solo a mí debiera) en los que se ve claramente que la pastora no le hace ningún caso al pobre de Salicio y que seguramente le ofrece su amor a otra persona.

ESTANCIA XII:

155 Materia diste al mundo d'esperanza

D’alcanzar lo imposible y no pensado

y de hacer juntar lo diferente,

Dando a quien diste el corazón malvado, 159 quitándolo de mi con tal mudanza...

En este fragmento existe una de las comparaciones más claras de esta égloga con la vida amorosa de Garcilaso pues se dice que su amada dama portuguesa al principio no sólo no le hizo caso si no que jugó con sus sentimientos como hizo la pastora con Salicio.

ESTANCIA XV:

• Con mi llorar las piernas enternecen

su natural dureza y las quebrantan

los árboles parece que s'inclinan

las aves que me escuchan, cuando cantan

• con diferente voz se condolecen.

En esta estancia vemos como la naturaleza acompaña a los sentimientos tristes del autor, algo muy característico de amor petrarquista que Garcilaso de la Vega.

EL amor platónico: La única estancia en que fui capaz de diferenciar claramente una amor platónico fue en la estancia XXIX aunque puedo asegurar que se trata ese tema (amor platónico) desde la estancia XVIII hasta la XXIX ambas inclusive pues siempre que Nemoroso recuerda el tiempo que pasó con la pastora habla de gozo, felicidad y alegría. Como es el caso de los versos 253-255 de la estancia XIX. “y en este mismo valle, donde ágora me entristezco y me canso en el reposo estuve ya contento y descansado.”

ESTANCIA XXIX:

...

397 ¿Por qué de mí te olvidas y no pides

Que se apresure el tiempo en este velo

Rompa del cuerpo y verme libre pueda

400 y en la tercera rueda

Contigo mano a mano

Busquemos otro llano

Busquemos otros montes y otros ríos

Otros valles floridos y sombríos

405 donde descanse y siempre pueda verte

Ante los ojos míos 407 sin miedo y sobresalto a perderte?

En esta estancia se ve claramente como Nemoroso desea la muerte, pero, no únicamente para acabar con el sufrimiento sino que también para reunirse con su amada en la vida eterna y así poder estar juntos en la vida eterna sin miedo a perderse el uno al otro.

La Muerte

En la égloga I de Garcilaso de la Vega se deja claro que los dos pastores desean la muerte por la pérdida de su amada, no obstante la actitud que representan los dos pastores es una actitud muy diferente pues los dos pastores ven esa pérdida de una manera diferente.

Actitud de Salicio: Salicio ve a la muerte como la única opción de acabar con tal sufrimiento que le produce la pérdida de su amada pero parece que está dispuesto a resignarse y seguir haciendo su vida aunque siga estando dolorido; siguiendo así los ideales del estoicismo que pretende exaltar la dignidad del hombre y que se resigne ante el dolor es decir, que aunque sufra la pérdida de su amada no se deje hundir por ello. Ejemplo: versos 63,64,65 y 66

Vergüenza he que me vea

Ninguno en tal estado,

De ti desamparo

y de mí mismo yo me corro ágora.

La actitud de Nemoroso: Nemoroso ve la muerte como única opción de volver a ver a su amada y ser feliz, no quiere vivir sin ella y cree que la estará esperando en la vida eterna para poder ser felices sin ningún impedimento.

La Mujer

En la égloga se representa a la mujer con el ideal de belleza femenina de la época renacentista; según ese ideal la mujer bella es una mujer con la piel blanca, delgada, cabellos largos, lisos y rubios con pocos adornos y sin nada que los cubra.

Una muestra de ese ideal se puede encontrar en los versos 270 “¿ Do esta la blanca mano delicada” donde se ve que el color de la piel es blanca y delicada como se pensaba que debía ser antes la mujer; 128 “ Tus claros ojos ¿a quién los volviste?” otra vez se resalta la piel clara; 273 y 274 “ Los grandes cabellos que veían con gran desprecio al oro” aquí se habla de sus cabellos que eran rubios y donde el autor compara el “amarillo” del pelo de la pastora con el amarillo del oro.

La personalidad de la pastora a la que Salico ama es la de una persona fría a la que no le importa mucho los sentimientos del pastor y se dedica a jugar con ellos.

La Naturaleza

El tema de esta silba, al igual que el resto de las silbas, se desenvuelve en un paisaje natural, campestre lejos de cualquier tipo de ciudad. En estas composiciones la naturaleza juega un gran papel pues acompaña siempre al estado anímico del protagonista, si el protagonista esta enfadado habrá tormenta, si esta triste el cielo estará cubierto y si está contento hará sol y cantaran los pájaros...En esta égloga la naturaleza suele estar “triste” acompañando los sentimientos de los pastores.

Tópicos referentes a la naturaleza en la égloga.

Naturaleza armónica: la naturaleza armónica es un tópico muy usado en las silbas y concretamente en las églogas de Garcilaso pues son de un ambiente rústico, campestre y natural. Un ejemplo de naturaleza armónica lo encontramos en la ESTANCIA XVIII:

• Corrientes aguas puras, cristalinas,

Árboles que os estáis mirando en ellas

Verde prado de fresca sombra lleno,

Aves que aquí sembráis vuestras querellas,

Hiedra que por los árboles caminas,

244 torciendo el paso por su verde seno:

Esto es un ejemplo de naturaleza armónica pues el fragmento describe un ambiente natural y campestre sin nada “civilizado” que rompa su armonía.